COACH PERSONAL
«conócete, acéptate, supérate»
San Agustín
El coaching es una profesión de ayuda como la psicología o la Gestalt. Dirigido a cualquier persona en cualquier momento de su vida; para emprender, sanar, tomar decisiones, afrontar dificultades… o la búsqueda de un cambio personal, profesional o vital.
Actualmente trabajo como coach personal. Me he formado en coaching ontológico y coaching sistémico durante cuatro años en el Centro de Estudios del Coaching de Madrid. Especializándome en coaching artístico. Esta vocación tardía me nace al terminar un proceso de terapia Gestalt que produjo profundos cambios en mi vida.
Entiendo el trabajo de coach como el de un entrenador personal que acompaña a su cliente a donde él quiere ir. Miramos juntos los obstáculos que impiden ver o verse. Le acompaño a profundizar, sostener y atravesar miedos, bloqueos, inseguridades, sufrimientos… a través de una poderosa herramienta que permite cambiar esos estados de infelicidad en retos para encontrar su verdadero potencial y desarrollarlo al máximo.
La estructura donde baso mi trabajo, es en la metodología clásica del coaching ontológico, es decir, en un método inductivo que se remonta a la antigua Grecia. La «mayéutica socrática»: que consistía en la utilización del diálogo para llegar a la verdad. A través de preguntas conseguían que sus discípulos sacaran a la luz la verdad de un conocimiento que ya estaba en su interior. Concepto que se ha amoldado a los tiempos de ahora.
La ontología trata sobre la naturaleza del ser. También se relaciona con la idea de: lo correcto, lo real, lo que hay, el sentido común, lo puro, la belleza…
En un proceso de coaching, suelo apoyarme en el coaching sistémico, generalmente es de gran ayuda para ver la constelación del cliente y sus dificultades para avanzar con cargas de patrones, rechazos, desequilibrios… Pues, básicamente, si el ser humano es social por naturaleza, la relación del individuo con los diferentes sistemas que interactúa en su vida, crea conflictos. El primer sistema, es el de origen: el familiar, fuente de patrones y creencias. Soy de la opinión que el ser humano es como un libro al que le han arrancado sus treinta primeras páginas. El carácter, la personalidad se forjan en las páginas de nuestros primeros años de vida que, además, apenas tenemos recuerdos.
Estamos muy desamparados para poder mirarnos, cambiarnos. Ésta es justamente la labor del coach: acompañamiento a un proceso de aprendizaje y transformación.
El proceso de coaching
El coaching se desarrolla mediante un proceso a lo largo de un determinado periodo de tiempo, en una relación contractual entre cliente y coach. Puede ser presencial o por videollamadas.
En dicho proceso de coaching, se suceden las sesiones: unas serie de conversaciones particulares que oscilan entre seis y doce sesiones, dependiendo de las características del proceso. Las sesiones se planifican cada quince días. Son absolutamente confidenciales.
Una breve introducción al coaching
El coaching es una disciplina nueva que cuenta con poco más de cuarenta años de historia y cuyo crecimiento desde entonces ha sido exponencial. Acreditada por la I.C.F. (International Coaching Federation) el coaching se enmarca dentro de las carreras de ayuda.
La palabra coach tiene muchos significados, es un término nuevo que se aplica en diferentes situaciones, lo que crea una cierta confusión sobre el sentido del coach y la profesión de coaching que, a su vez, carece de una definición única.
“El coaching es el eslabón perdido, como dice Leo Ravier, que bebe de diferentes fuentes, desde Sócrates, a la filosofía existencialista alemana, La psicología, incluyendo el psicoanálisis de Sigmund Freud, el humanismo de Carl Roger, la Gestalt de Frizt Perls, la psicoterapia de Albert Ellis. La aportación de otras ciencias como la cuántica, de algunas tradiciones espirituales, y un largo etc. de autores y pensadores».
Muchas y diversas son las fuentes pero el Coaching no tienen una única raíz o un único origen, más allá de que haya autores que se consideren “padres de la criatura”, lo cierto es que no es posible establecer una única procedencia. Más bien parece que en los últimos tiempos, el coaching surge de forma espontánea y simultánea en diversos lugares, fruto de un devenir que se sintetiza en una nueva metodología del aprendizaje.
“El Coaching cubre el vacío existente entre lo que eres ahora y lo que deseas ser. Es una relación profesional con otras personas que aceptará lo mejor para ti y te guiará y te estimulará para que vayas más allá de las limitaciones que te impones a ti mismo y realices todo tu potencial”.
Talane Mediner
El coaching trabaja algunos aspectos que están en lo profundo de las emociones y las gestiones que se hacen de ellas. Pero el coaching no es terapia.
Sirve para analizar los miedos, bloqueos, inseguridades, ansiedades, incertidumbres, creencias, patrones, obstáculos… Partiendo de un método inductivo para generar las herramientas necesarias que permitan desafiar los pensamientos limitantes que atrapan a las emociones y generan juicios alejados de nuestra verdadera realidad.
Coaching ontológico
Actualmente co-existen varias líneas de coaching que caminan paralelas:
La escuela norteamericana, cuyo fundador es Thomas Leonard.
La escuela Europea, a partir de Timothy Gallwey y Jonh Whitmore
La escuela ontológica, Fernando Flores, Rafael Echevarría y Julio Olalla.
La corriente más conocida es la escuela norteamericana cuya metodología pragmática se enfoca en temas de emprendimientos, proyectos empresariales o liderazgo.
Posteriormente surge uno más humanista, que es en el que me he formado, el coaching ontológico.
El coaching ontológico tiene como referentes a los chilenos Rafael Echeverría y Julio Olaya. Afirman que el ser humano es profunda e intrínsecamente lingüístico. La palabra crea y transforma su realidad. Por lo tanto, en las conversaciones es donde podemos descifrar y entender cómo somos los seres humanos. La palabra es la que modula nuestra realidad, nuestros pensamientos y puede generar buena parte de esas limitaciones que nos impide ver un poco más.
Origen
Etimológicamente, el término coach significa al mismo tiempo entrenador y cochero. Proviene de la ciudad Húngara de Kocs (S. XV) para nombrar un tipo de carruaje de la época. Podríamos decir que coach es: quién acompaña a otra persona a realizar su camino.
La idea coaching como tal, surge a mediados de los años setenta del pasado siglo, cuando un profesor de literatura y capitán del equipo de tenis de la universidad de Harvard, se dio cuenta que para un deportista el principal freno no estaba en su capacidad física o técnica, sino que estaba en su mente, en el juego interior.
Es en 1980, cuando se habla por primera vez de coaching como una nueva y poderosa disciplina, pasando a ser una profesión de formación con sus credenciales específicas regladas por la I.C.F.
Mi agradecimiento a mis maestros del C.E.C y Talentum: José Manuel Sánchez, Miran Ortiz y Juan Londoño,